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miércoles, 16 de enero de 2008

"El Freno o Embocadura"

Comenzaremos describiendo, las partes que componen un "Freno
"Puente": parte de hierro, acero, que une las dos patas laterales del freno. En el centro del puente va colocada la coscoja. Existen frenos con puentes articulados y sin coscojas.
"Coscoja": pequeña rueda de metal, de cierto espesor dentado interiormente y lisa con estrías en el exterior, que va colocada y gira sobre el eje cuadrado del puente del freno, el caballo al hacerlo jugar con la lengua produce un ruido bastante fuerte, que llega a oírse de lejos.

"Barbada": pequeña cadena o tiento que va prendido a la parte superior de las patas del freno, rodeando exteriormente el belfa interior.

"Copa": guarniciones redondas de plata, huecas en el centro, que se ponen como gala en las dos extremidades del puente del freno, existen de plata y de gran lujo con mas de 15 cm de diámetro. En el hueco de la copa del freno, retumba fuertemente el sonido que hace el caballo con la coscoja.

"Pontezuela": por lo general era móvil, en forma de media luna de plata u otro metal, colgaba de los extremos inferiores de las patas del freno; es usado como un adorno o lujo.

No haremos una reseña histórica o evolución de esta pilcha criolla, coincidimos con las palabras de Alberto Martín Labiano, quien nos dice, que no hay recetas dentro de la variedad de embocaduras, cada caballo necesita la que le permita cumplir con la mayor comodidad y seguridad, la oblación que le imponemos tanto bajo la silla como en el tiro. Esta nota solo tratara la parte mas estética del freno.
El freno, pieza fundamental del apero, servía esencialmente para transmitir a través de las riendas, las ordenes del jinete a su montura.
El común y original fue una versión local, del freno de la jineta o freno marroquí, bien fuerte y sólido, especial para llevar las riendas casi sueltas, con una sola mano, casi sin contacto con la boca y con la mano alta, bien levantada pronto para detener bruscamente o resolver violentamente al animal.
Este freno que se lo denomino “de candado”, y equivocadamente por algunos “mulero”, todas sus partes eran de hierro, no obstante por lujo, y de a poco se les comenzó a poner las copas y la pontezuela de plata, ricamente trabajadas por nuestros plateros.

De ahí que a estos frenos de lujo, comenzara a denominárselos “freno de copas” que iban a ambos costado del mismo, y que servían no solo de adorno, sino que hacían las veces de campana amplificadora del sonido de la “coscoja”, por lo que solía llamárselo también, en algunas regiones del país, “freno del buen eco”, el que aumentaba naturalmente en proporción al tamaño de las copas.
En cuanto a la pontezuela suele ser generalmente movible, lo que permite que juegue u oscilen vistosamente en su engarce, a cada “escarceo” (subir y bajar la cabeza al compás y sin exageración) del caballo produciendo un bello efecto, su fin era también, evitar que el caballo ensillado ramoneara, esto es comiera los pastos cortos alrededor del lugar donde quedaba atado.
Las mas de las veces uniendo las patas de la V central del bocado, había una barrita de hierro de sección cuadrada sobre la cual giraba una ruedita, a la que se le daba el nombre de “coscoja”; por la molestia que le causaba el freno, o por ser animal de menos, que gustaba trabajar en los sabores (insalivar moviendo la lengua) el hecho es que el caballo hacia con la lengua, girar la ruedita, que a su vez producía por la fricción de sus dientes internos con la arista del eje, un sonido particular coscojear, por lo que el animal que lo hacia era llamado coscojero, muy de la predilección de los gauchos y hacendado que gustaban de presumir con el pingo.

Esta pilcha del recado, donde nuestro gauchos gobernaban al caballo, no solo se les incorporo plata para sus adorno y lujo, sino que también fueron frabricados exquisitos frenos de: metal blanco; de hierro con singular ornamentación y calados, hasta en ciertas colecciones encontramos damasquinados, de uso por lo general, en nuestra región cuyana.

Piezas exhibidas

A continuación, describiremos distintas embocaduras, utilizadas en nuestra campañia por el hombre de a caballo, para la realización de distintas tareas rurales o porque no en aquellos días de festividad, en la estancia, pulpería u almacén de ramos generales.



Freno de hierro de candado; copas de plata
lisas con doble virola aperladas en su centro
pontezuela del mismo metal, con ornamentación
fitomorfa.
Platero: Orbea y Ca; Argentina segunda mitad siglo XIX

Largo: 21 cm; Diámetro copas: 8 cm; Peso: 950 gr.




Freno de hierro del tipo mulero, embocadura central
articulada, sujeta en sus extremos dos argollas de la cuales
prenden en ellas cabezadas y riendas.
Argentina fines del siglo XIX.




Freno de hierro del tipo corazón en sus patas
laterales con ornamentación calada; barbada de cadenas
anchas y chatas; Argentina circa 1900.



Freno, puente de hierro, con coscoja de metal
en forma de trébol; patas en plata con diseño
calados; barbada de argollas entrelazadas;
Punzón de L. Risetti, Bs. As; Principio del siglo XX.





Freno, puente de hierro; patas de plata en
forma de corazón; Punzón ilegible, circa 1900.




BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:



- Pilchas Criollas, Fernando O. Assuncao (1975).
- El Apero Criollo, Vega & Eguiguren (2000)